jueves, 14 de octubre de 2010

Quién salva una vida, salva al mundo - Talmud

Hoy Chile es un país con un líder y un pueblo dispuestos a cambiar al mundo. Cómo pudo un hecho catastrófico cambiar la vida de una país, cómo un accidente de trabajo cambio la vida de 33 personas y cómo un país entero lucho hasta el último minuto del día 13 de octubre de 2010, para traerlos nuevamente a la vida. 

Un verdadero líder con su esposa


Un gran amigo mío ha cambiado mi pensamiento hoy. Después de 41 años de pasar desapercibido en la sociedad guatemalteca, me toca ayudar al Universo a conspirar a favor de lo que es sabio, lo que es justo, lo que es HUMANO. 

Lejos de poder cambiar mi país, quiero sembrar en cada guatemalteco la esperanza de un mejor país, la esperanza de un país donde se una la brecha de 500 años entre nuestros hermanos y nuestros hermanos. 

Quiénes recuerdan la frase "Quién salva una vida, salva al mundo", es una frase de una película donde el hombre (ser humano) llego a lo más cruel de su existencia y dónde desde lo más sucio y sin esperanza se levanto un hombre, quién cambio su condición de acomodado y de riqueza por la vida de miles de personas y millones que contaran por las nuevas generaciones. 

En mi bello país, donde la vida de un ser humano no vale más que una gorra, un  celular, un pitazo en el tráfico, una deuda insignificante. 

Donde cada muerte se suma a una ecuación que se pierde en el algoritmo de la corrupción, malversación, evasión y toda aquella acción que lleva en su seno quitar la esperanza del niño que no ha nacido aún, del empresario honrado que se hunde en deudas, donde la madre de familia ajusta la mesa con oración y ayuno. 

Mi prójimo, mi hermano guatemalteco.

Donde un juicio no vale más que un servicio en la línea,  o que el político de turno o por venir, sigue la misma línea de los que los antecedieron fijando su objetivo y ver la manera de enriquecerse para los próximos cuatro años.

Cómo podemos cambiar un país donde cientos de empresas evaden más impuestos que de lo que un millón de hombres ganarían durante toda un año y lo poco que queda en el canasto burócratas, "empresarios" de turno y autoridades se embolsan para comprarse una mejor casa, un mejor vehículo y un buen viaje, que al final del camino en lugar de llevar bendición a sus hogares llevaron maldición hasta por 4 generaciones. 

Hoy Chile, se levanto al mundo y nos demostró que lejos de los US$ 22 millones (casi 5.3 millones de quetzales por cada minero rescatado) que se utilizaron para el rescate no valen nada (al final es solo papel), por ver a esos hombres, esposas, hijos y amigos  fusionados en abrazos que no tiene precio ni valor.  



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